Está frente a la capilla del Nacimiento. Lo construyó Juan de Badajoz el Mozo, por mandato del obispo Pedro Manuel, el año 1527; se trata de un altar-sepulcro, concebido a modo de un arco de medio punto sobre cuyo entablamento se encuentra la urna con las cenizas del santo. El fuste de las columnas se decora con temas vitícolas cuyos pámpanos arrancan del dios Baco, tumbado en la parte inferior. Son un precedente claro de la columna salomónica. Tienen extremada delicadeza los relieves del intradós de la Virgen, así como otras del entierro de Cristo, su descenso al limbo y la Resurrección. El altar oculta otras relacionadas con la vida del santo.
La urna del sepulcro es de tipo florentino, ovalada, con abundante decoración. La imagen de bulto que descansa sobre el altar es del siglo XV, representando a San Alvito.