La titular es copia de una imagen de Gregorio Fernández. Lo más interesante de esta capilla es el sepulcro del obispo Rodrigo Álvarez (1208-1233), que la dedicó a san Miguel; es el mejor conservado de la Catedral. Responde a la tipología clásica: yacente, frontis con escenas de sus obras de misericordia, liturgia funeraria y crucifixión de Cristo; dovelas y cenefas recrean los consabidos temas vegetales entre figuras de ángeles.
El retablo que está a continuación es del siglo XVIII, con buenas imágenes de san José, san Alfonso Mª. de Ligorio, san Benito y san Miguel.
En la rosa figuran los nombres de los artistas y pintores que trabajaron en la Catedral en la restauración de las vidrieras.